Neuroscience cannot provide complete answers about what is best for learning, but instead explains how the brain works. Neuropedagogy tries to build bridges between neuroscience and learning.
En la literatura científica de este campo es muy común encontrar diferentes resultados: estudios que muestran la efectividad de un método y otros que reflejan la contraria. A veces, es improductivo comparar métodos educativos porque todo depende de los detalles, es decir, de las múltiples variables que entran en juego en cada método. Sin embargo, solemos clasificar los métodos didácticos en función de una de sus variables, y no suele ser esta variable la que determina su eficacia. Por lo tanto, cuando recurrimos a la investigación educativa, debemos diferenciar entre los estudios que nos informan sobre la presunta eficacia de unos métodos con respecto a otros, y las investigaciones que directamente tratan de averiguar qué factores son los que comparten los métodos que acaban siendo efectivos. Muchos de estos factores tienen que ver con cómo aprende el cerebro.
No existe una receta infalible para todo, es el profesor quien tendrá la última palabra a la hora de ajustar los métodos para conseguir los mejores resultados. Y para ello es esencial que conozcas los principios del aprendizaje sustentados en evidencia científica. En este sentido, más que hablar de enseñanza basada en evidencias, deberíamos hablar de enseñanza informada por evidencias (Hattie, 2012). No se trata estrictamente de aplicar métodos específicos que la ciencia ha analizado en situaciones concretas, sino de planificar y ajustar los métodos de acuerdo con las particularidades de la situación, con la ayuda de lo que la ciencia puede decirnos sobre qué factores conducen a un mejor aprendizaje de el conocimiento que nos brinda la Neurociencia.
Dado que los avances científicos sobre cómo se desarrolla y aprende el cerebro han llegado al público en general, múltiples mitos pseudocientíficos se han infiltrado en la Educación, que han surgido de la tergiversación o mala interpretación de los hallazgos científicos. Estos mitos son un problema porque nos confunden y nos llevan a tomar decisiones y dedicar esfuerzos a favor de prácticas que no tienen ninguna evidencia. En general, suponen una pérdida de tiempo que podríamos haber dedicado a actividades más eficaces y, en el peor de los casos, pueden tener un impacto negativo en el aprendizaje. Algunos de estos mitos pseudocientíficos sobre el aprendizaje son (Sousa, 2011):
There are eleven key aspects of the brain that allow us to deepen educational practice (Battro, Fischer & Léna, 2008):