A. La sostenibilidad de los neuromitos

Grospietsch y Mayer (2021a ) argumentan que los neuromitos pueden propagarse rápidamente, pueden ser muy resistentes al cambio y pueden verse facilitados o fortalecidos por algunos efectos contraproducentes. Por ejemplo, eso sucede porque la mera mención de un mito científico memorable puede conducir a su retención a largo plazo (efecto contraproducente de familiaridad). Además, demasiados argumentos científicos contra un mito científico pueden hacer que el mito formulado de manera más simple parezca aún más atractivo (efecto contraproducente exagerado). Además, cuando las personas están fuertemente convencidas de un mito científico, su procesamiento de los argumentos en contra puede estar sesgado, lo que lleva, ya sea consciente o inconscientemente, a un mayor fortalecimiento del mito científico (efecto contraproducente de la visión del mundo).

Paul A. Howard-Jones (2014) afirma que los neuromitos son ideas erróneas sobre el cerebro que florecen cuando las condiciones culturales las protegen del escrutinio. Algunos neuromitos arraigados están presentes en productos para educadores y esto ha contribuido a que se extiendan por las aulas de todo el mundo. La auténtica comunicación entre neurociencia y educación se ha desarrollado considerablemente en los últimos años, pero muchos de los prejuicios y condiciones responsables de los neuromitos siguen existiendo y pueden observarse obstaculizando los esfuerzos por introducir ideas sobre el cerebro en el pensamiento educativo.

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